El quiromasaje es un tratamiento en el que las únicas herramientas que se utilizan son las manos, lo que convierte este tipo de masaje en el más natural y accesible. Sabemos que ya era utilizado hace 4000 años por los antiguos sumerios y desde entonces su práctica no ha ido más que en aumento debido a sus excelentes resultados en la prevención, tratamiento y cuidado de la salud.
Entre sus comprobados beneficios terapéuticos, cabe destacar la práctica del quiromasaje como apoyo para tratar lesiones, mejorar la movilidad y disminuir el dolor. Es muy recomendable como método preventivo para los deportistas, ya que al tonificar los músculos y fortalecer las articulaciones ayuda a evitar futuras contusiones y a reducir espasmos musculares y calambres. Durante el masaje, la fricción de las manos con la piel eleva la temperatura corporal de la zona, con lo que aumenta el flujo sanguíneo y hace que la recuperación sea más rápida.
Además, el quiromasaje aporta importantes beneficios estéticos: los movimientos mecánicos de amasamiento y arrastre mejoran la circulación, favoreciendo la retirada de toxinas y células muertas que apagan la piel. Un tratamiento continuado ayuda a eliminar las grasas acumuladas y tonificar los músculos mientras permeabiliza los tejidos blandos, reafirma la piel y reduce visiblemente la celulitis. Al mismo tiempo que mejora el rendimiento del sistema circulatorio, aumenta la eficacia del sistema linfático, encargado de la eliminación de los residuos celulares. Como resultado, nuestra piel está más limpia y con una apariencia rejuvenecida y luminosa.
A todo esto también debemos añadir los innegables beneficios psicológicos que brinda esta técnica: al disminuir la tensión de los músculos, el paciente logra alcanzar un estado de relajación en el que se libera del estrés generado por el frenético ritmo de vida actual. Así, se reduce la ansiedad y se equilibra el sistema nervioso. El masaje manual favorece el sueño al disminuir los motivos, como posibles dolencias o la simple tensión diaria, que generan dificultad para conciliarlo.
Como los resultados son palpables desde la primera sesión, es lógico comprender por qué cada vez hay más personas que deciden incluir el quiromasaje como práctica habitual en sus vidas, acudiendo a profesionales cuyas manos devuelven y renuevan su energía. El contacto personalizado del tratamiento y el ambiente relajante en el que se realiza contribuyen a su bienestar, ya que apacigua y estabiliza la mente mientras ayuda a recuperar y a mantener la salud.
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