Qué es una sesión de masaje sueco.
El masaje sueco tiene su origen en la tradicional medicina china combinado con los conocimientos de su creador el fisiólogo sueco Pehr Henrik Ling y se ha destacado durante generaciones, por ser una técnica que integra el bienestar.
Proporciona una total relajación junto a maniobras que estimulan al organismo y que lo alejan de posibles dolencias y contracturas.
En la actualidad es una de las mejores alternativas porque ayuda a liberar las tensiones en la lucha perpetua contra el estrés. Asimismo, tiene beneficios a nivel de renovación de energía y estabilidad del espíritu.
Es uno de los masajes más recomendados porque tonifica, relaja y alivia las tensiones en los músculos. De igual forma da flexibilidad, facilita el drenaje y permite la eliminación de toxinas.
Gracias a los aceites, cremas y lociones utilizados para realizar el masaje, la piel se nutre profundamente y recupera toda su suavidad, aportando una gran ayuda al cuidado de esta.
¿En qué consiste la técnica del masaje sueco?
Muchas personas se dedican a aplicar esta técnica. Algunos crean ambientes idóneos para poder trasladar a la persona a un punto de relajación específico para que pueda experimentar nuevas sensaciones.
Básicamente, consiste en realizar maniobras suaves y fluidas con las manos, intercalando movimientos largos por todo el cuerpo. Por lo general, la persona que lo aplica imparte el masaje con cinco movimientos determinantes que son:
- la percusión,
- los roces,
- los amasamientos,
- las fricciones,
- las palmadas, cachetes y vibraciones.
¿Cómo es una sesión de masaje sueco?
Al igual que pasa con otro tipo de masajes, la atmósfera tiene que ser relajante. Además, debe ser muy cálida, que convierta la sala de tratamientos en un lugar de confianza.
Por supuesto, la persona debe quitarse la ropa, manteniendo la ropa interior, después recostarse sobre la camilla y dejarse llevar al menos por un par de minutos a través de la música suave, relajante.
Asimismo, es importante que se alterne el masaje sueco con aromaterapia. Puede encenderse algún incienso o una vela aromática.
Posteriormente, se procede a acariciar la piel con aceites, crema o lociones que dejen fluir las manos con facilidad.
Todo comienza con movimientos suaves para calentar los músculos, las siguientes maniobras ganarán energía y profundidad progresivamente.
Durante todo el masaje, el quiromasajista nos invita a respirar y relajarnos.
El tiempo para cada sesión de masaje sueco varía, por lo general, en una hora o 45 minutos se logran los resultados deseados.
Estos masajes benefician toda la zona de la musculatura de la espalda, pies, y las piernas. Pero, sobre todo ayuda a los músculos que hay alrededor del cuello y hombros.
También, aporta un estimulo al sistema linfático y ayuda a liberar el estrés, mejora el humor, ayuda a hidratar la piel y colabora con el descanso.
El masaje sueco es una alternativa para personas con estilos de vida agitados, deportistas, fitness e incluso para aquellos que practican actividades de alto impacto.
Claro está, todas las personas se pueden beneficiar siempre y cuando no padezcan alergias ni tengan otro tipo de problemas o patologías especiales.
En conclusión, es uno de los masajes más demandados y el nivel de relajación que se logra alcanzar es realmente elevado.
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