El terapeuta

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Voy a contar una pequeña historia que demuestra cómo debe ser un terapeuta. Hace unos años un entrenador de natación realizó una llamada telefónica en contestación a un anuncio en un periódico local en el que se solicitaba a un profesional de este deporte. La persona que puso  el anuncio solicitaba a un profesional de la natación para que le preparara la  prueba física de la piscina para poder aprobar una oposición. Quedaron en una piscina y el entrenador comprobó los conocimientos y destrezas acuáticas de su nuevo alumno para comenzar la preparación. El profesional de la natación disponía de cuatro meses. Sabía que el reto era importante puesto que  el opositor se defendía en el medio acuático, no avanzaba grandes distancias porque se agotaba con rapidez.

Quedaban los fines de semana, viernes tarde, sábado y domingo por la mañana. El entrenador  le enseñó la respiración acuática y a coordinar el movimiento de los brazos con la respiración en los estilos de braza y libre o crol. Cuando el opositor nadaba como le habían enseñado en cursos anteriores se fatigaba muchísimo y en vez de avanzar hacia delante retrocedía. Poco a poco  el entrenador le fue inculcando el estilo de la rana o braza con el fin de enseñarle la técnica de ese estilo ya que en el crol había primeramente que corregir defectos.

A medida que iban pasando las semanas el opositor mejoraba en resistencia y propulsión, pero a dos meses de las pruebas físicas de la oposición  el alumno se desesperó. Su monitor y terapeuta se vio totalmente desbordado y le aconsejó que fuera a ver a una psicóloga que conocía.

Dicho y hecho, al fin de semana siguiente el opositor contó sus proyectos e ilusiones a la  profesional psicóloga, siendo su última oportunidad puesto que en meses cumpliría la edad máxima para poder optar a un puesto de trabajo en caso de aprobar la oposición. Le contó también la relación profesional que estaba teniendo con el entrenador-monitor. El consejo que se le dio fue que estaba en muy buenas manos y que hiciera caso de todo lo que le inculcara su monitor.

Días más tarde, enterado el monitor-terapeuta de la visita que había realizado su alumno a la profesional psicóloga, contactó telefónicamente con ella para saber qué pauta debería seguir para llevar a buen término el buen desarrollo de la prueba acuática opositora. Le aconsejó  que siguiera con el mismo plan de trabajo puesto que él era su monitor, su terapeuta, su amigo, su hermano, su padre… En fin, que era todo para su alumno.

Si necesitas un buen profesional terapeuta no dudes en contactar con nosotros.

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